Esta atracción por el pan siempre la he tenido. Todo lo que tenga que ver con las masas me apasiona: pan, pizzas, cocas, paninis…
Cuando Cristina (la otra parte de Rollingfood) y yo empezamos a trabajar en panaderías, empecé a descubrir todo el proceso de elaboración a fondo del pan y bollería, y cada vez me interesa y apasiona más.
Disfrutamos como enanas el día en que fuimos a un horno de leña de verdad, con más de cien años de antigüedad y lo vimos a pleno rendimiento, como podéis ver en la foto.
Luz, mi hermana, había hecho pan con masa madre varias veces, y cuando volvimos de vacaciones, en la oficina de Rollingfood empezamos a hablar muy en serio de probar , de nuevo en el caso de Cristina, y por primera vez en mi caso.
Así que después de nuestras primeras visitas de septiembre a los hornos, e interrogar hasta la náusea a nuestros queridos clientes panakas sobre el proceso de la masa madre, en especial a Antonio García Blanch y Andrés Ripollés, nos pusimos a ello.
Andrés Ripollés de Vilafranca nos dio una harina ecológica molida a la piedra (de harinas no sé casi nada, todavía…) y nos hizo un regalo muy significativo para mi:
Nos contó que su masa madre tiene 25 años, y con ella realiza gran cantidad de las elaboraciones en su horno, que no son pocas. Una vez la perdió, y gracias a unas virutas resecas que había en un recipiente, la alimentó religiosamente todo lo necesario y así fue como la puso de nuevo a pleno rendimiento.
Nos regaló la harina y nos dio unas virutas de su masa madre de un cuarto de siglo, por si la nuestra no salía.
Luz, Cristina y yo formamos nuestro equipo panaka, al que hemos llamado Madres de masa madre, porque somos fans de Juego de Tronos y creemos que Daenerys Stormborn, madre de dragones, es la bomba. Nosotras, a falta de huevos de dragón, íbamos a alimentar y criar a nuestras masas madres a ver qué salía!
Empleamos los consejos de Iban Yarza con Robin food tanto para la masa madre como para la elaboración del pan.
Y este ha sido el resultado, del que estamos muy pero que muy orgullosas:
Y por fin nuestros pequeños grandes panes:
El primero el de Cristina: espectacular por fuera,muy buen sabor y textura, jugoso y firme, el mejor de los tres.
El segundo, el de Luz: el aspecto exterior era muy bueno, pero era más apto como arma arrojadiza que como alimento.
El tercero, el mío: aspecto exterior muy aparente, a la hora de comerlo, bien si dispones de una moto sierra y un buen seguro dental.
Lo mas divertido y curioso para mí, ha sido ir compartiendo las fases con las madres de masa madre y ver el proceso.
Continuará…